Suerte tiene el Inter de Romelu Lukaku. Y es que el conjunto milanista no estaba pasando por un buen momento. Las cosas no salían. Pero el belga, pletórico, salió al rescate del cuadro 'nerazzurro' para anotar un tanto decisivo en el campo del Genoa. D'Ambrosio selló un triunfo que no llegaba desde septiembre.
El guion del partido fue el previsto. El Inter controlando la posesión del balón y marcando los 'tempos' del encuentro. Pero este dominio sirve de muy poco si al final no se termina traduciendo en ocasiones. Los de Conte no lograban llegar con peligro al área contraria, y añoraban - y de qué forma- la presencia de Hakimi, que empezó desde el banquillo.
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Mandaban balones al área y esperaban que Lukaku hiciera el resto. Pero no era suficiente. No ante un Genoa que tenía muy claro su plan y que se defendió con uñas y dientes para amarrar el resultado. Tras el receso, el carrilero exmadridista ingresó al césped para dar más profundidad al ataque 'nerazzurro'. Y terminó pasando lo inevitable. Apareció el de siempre. El desatascador. Lukaku recibió dentro del área, recortó y fusiló con la izquierda. Cinco goles en cinco partidos del belga. D'Ambrosio, con un cabezazo, sentenció. Y los tres puntos volaron hacia Milán.