El Inter dejó escapar los primeros dos puntos en la presente Serie A. Pese al espectacular momento de Lautaro Martínez -que acumula tres goles en tres jornadas-, los de Antonio Conte empataron ante la versión más combativa de la Lazio. Mutilados con tres lesiones, los 'biancocelesti' tiraron de garra para igualar un partido que se embarró en el tramo final con las expulsiones de Immobile y Sensi.
La equipación elegida por el cuadro lombardo ya era una declaración de intenciones. Dorsales amarillos, rayas horizontales grises y negras. Un homenaje a aquella final de la UEFA de 1998 en la que los 'nerazzurri' barrieron por 0-3 a la Lazio, la de la imborrable bicicleta de Ronaldo que sentó a Marchegiani.Recuerdo de un pasado glorioso, quizás presagio de lo que le espera a la que probablemente sea la plantilla más completa de Italia.
A la Lazio estos duelos directos le llegan demasiado pronto. Ya cayó 1-4 la semana pasada ante la Atalanta. Algunas de sus principales figuras, como Milinkovic-Savic, están lejos de su mejor versión y las lesiones no dejan de torturar a Simone Inzaghi. Este domingo, triples ración. Antes del descanso, Radu y Marusic abandonaron el campo por problemas físicos. Después, Bastos.
Pero aun en horas bajas, el romano es un equipo competitivo. El primer acto fue de lo más parejo. Dos esquemas casi simétricos que por momentos se anularon. El protagonismo fue para las bandas, la derecha en concreto. Hakimi volvió a cuestionar que los humanos tengan dos pulmones, mientras Lazarri castigó de forma reiterada la espalda de Perisic. Sus esfuerzos, sin embargo, no fueron correspondidos por ningún rematador.
La ocasión más clara, y es mucho decir en un primer acto parco en disparos, fue para Luis Alberto. Handanovic, que lució una gorra al más puro estilo Benji Price, desbarató su intento. El exsevillista volvió a ser el cerebro de su equipo, si bien el entramado de Conte le cerró el acceso a sus delanteros. Immobile no tocó balón.
Reinaba la igualdad hasta que apareció Lautaro, hasta entonces inédito. Y lo hizo como los delanteros de siempre, puro instinto para cazar un balón duelo en el área y mandarlo a guardar. El argentino irrumpiría de nuevo tras la reanudación. Asistió a Lukaku, que tiró fuera por un alfiler, y a punto estuvo de marcar desde fuera del área. La Lazio, que al descanso perdió por lesión a Bastos (que a su vez había entrado por el lesionado Radu), era un equipo deprimido.
Pero el partido viró 90 grados en un suspiro. El tiempo que tardó Milinkovic-Savic, sin apenas ángulo, en cabecear a gol un centro de Acerbi. El tanto espoleó a los 'biancocelesti', que pasó a atacar con fluidez ante un Inter desconectado. Luis Alberto (siempre Luis Alberto), comandó la crecida romana. Movió los hilos, disparó cerca del poste y nutrió a Correa e Immobile, que tampoco pudieron batir a Handanovic.
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Quedaba aún un último giro de guión. Immobile vio la roja directa por tocarle la cara a Vidal, que vio al ariete calentito y fue a hablarle al oído. Pasó a dominar entonces el Inter, que hasta se topó con el palo en un tiro de Brozovic. Pero en una acción similar a la de Immobile, Sensi fue expulsado por empujar a Patric. Demasiadas interrupciones ahuyentaron el gol en el tramo final para desdicha de Conte que ve a la Atalanta escaparse en el liderato a dos puntos.