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El teléfono móvil al que llama está apagado o fuera de cobertura. Este es el mensaje que escuchan los dirigentes de la Juventus cada vez que intentan ponerse en contacto con Adrien Rabiot para que regrese a la disciplina de la Vecchia Signora. El centrocampista está confinado en Francia por el COVID-19 y no tiene, de momento, ninguna intención de regresar a los entrenamientos individualizados en Turín.
Este no es el primer capítulo de indisciplina de Adrien Rabiot en la Juventus. Pese a que lleva poco tiempo en la ciudad transalpina, en el club italiano ya están bastante hartos de un jugador que parece tener la cabeza en todo menos en el fútbol, como ya demostró en París.
A sus 25 años, Rabiot ha decepcionado a nivel de rendimiento aunque la Juve no tuvo que pagar ni un céntimo de traspaso al PSG. El galo no ha convencido a Maurizio Sarri y, además, ha dejado mucho que desear a nivel de actitud, motivo por el cual la Juventus se plantea quitárselo de encima este mismo verano. Su alta ficha anual, eso sí, será un escollo.
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La prensa italiana carga este martes con dureza contra Rabiot. Los medios coinciden en que la paciencia está agotada y el Everton de Ancelotti podría ser uno de los más interesados en hacerse con el exjugador del PSG.