Un Juventus-Milan es un clásico de Italia. Este viernes, con cierto tinte blaugrana. Con la camiseta blanca y negra, Dani Alves, con la ‘rossonera’, Deulofeu. Sin Cuadrado sancionado ni Mandzukic con un cólico, Allegri insistió en su 4-2-3-1. Alves se adelantó y jugó de extremo, se mostró muy cómodo y protagonizó uno de sus mejores partidos desde que llegó a Italia. Montella, por su parte, planteó un 4-3-3 con Deulofeu por la derecha.
Los líderes mostraron su poderío desde el inicio. En el minuto cuatro, Pjaca, tuvo la primera ocasión, bloqueada por Donnarumma. El asedio al guardameta fue incesante, Dybala también lo retó con la zurda, pero Gigio fue decisivo. ‘La Joya’ estuvo imparable, volvía loco a toda la escuadra rival. Mientras, los de Montella no lograban salir al ataque.
En el minuto 30, la ‘Signora’ aprovechó un despiste del Milan y Alves asistió a Benatia en el 1-0. Pero antes del descuento, en el 43, Pasalic comenzó un contragolpe que continuó Deulofeu con un carrerón por la izquierda, el catalán dio a Bacca un pase de gol y el colombiano no erró ante Buffon.
La segunda mitad comenzó con la Juventus eléctrica. Donnarumma salvó un disparo de Pjanic, después Pjaca se perdió dos ocasiones clamorosas y, de nuevo, Pjanic envió un balón al larguero. El planteamiento del Milan parecía defender el 1-1, relegando sus opciones a alguna contra de Deulofeu.
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Entre la defensa ‘rossonera’ y la poca puntería juventina todo parecía acabar con 1-1. Pero una mano de De Sciglio dio lugar al penal de la venganza, Dybala contra Donnarumma. Esta vez, el argentino anotó. In extremis, 2-1 y la cabeza al partido contra el Porto.