Pase lo que pase, la Juventus arrancará 2020 en lo alto de la tabla. En una jornada adelantada por la celebración de la Supercopa de Italia este fin de semana, la 'Vecchia Signora' se impuso a la Sampdoria por 1-2. Los de Sarri supieron dominar en el primer tiempo y apretar los dientes en el segundo.
Pese a que los goles fueron obra de Cristiano Ronaldo y Paulo Dybala, el protagonista del encuentro no fue otro que Gianluigi Buffon. El guardameta 'bianconero' igualó los 647 partidos disputados por el milanista Paolo Maldini en Serie A, récord histórico.
No se fiaba la Juve de una Samp necesitada de puntos y envalentonada tras vencer en el derbi de Génova. "Los equipos de Ranieri siempre son difíciles", había alertado Sarri en rueda de prensa. El discurso del técnico napolitano cuajó en sus pupilos.
De inicio, el dominio 'bianconero' fue total. Suyo era el cuero, que circulaba con fluidez. Toques cortos, rápidos y al pie. La Sampdoria se resguardaba, sin lograr encadenar cuatro pases. Eso sí, suyo fue el primer aviso en un cabezazo de Gastón Ramírez que se marchó cerca del larguero.
La 'Vecchia Signora' respondería inmediatamente y de forma letal. Bonucci colgó un balón lateral para Dybala, que lo enganchó de zurda dentro del área para batir a Audero con una volea cruzada. La Juve tenía el partido bajo control. O eso parecía. Un error en la salida de balón de Alex Sandro propició el empate de Caprari, atento para cazar el esférico suelto en el área.
Faltaban nueve minutos para el descanso, pero el lateral brasileño logró redimirse antes del asueto. Irrumpió por banda izquierda para cruzar un centro perfecto al segundo palo, donde se alzó Cristiano para cabecear con autoridad al fondo de la red.
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Menos atractiva y más pareja fue la segunda mitad. La 'Samp' dio un paso al frente, pero se topó una y otra vez con una Juventus muy firme en campo propio. Ni una vez tuvo que intervenir con apuros Buffon. Sin embargo, los 'bianconeri' pudieron sentenciar al contragolpe. De hecho, Cristiano marcó un gol que no subió al tanteador por fuera de juego.