No hay equipo más fiable en el 'calcio' que el Inter. Pinchó el Milan. Pinchó la Juve. Y los 'nerazzurri', igualmente afectados por el virus FIFA, volvieron a facturar. Sin florituras ni aprietos, el equipo de Antonio Conte derrotó al Bolonia con un solitario gol de Romelu Lukaku. Tres puntos que amplían a ocho la renta del líder -con un partido pendiente-, que enlaza nueve victorias y 12 jornadas sin perder.
Ya sea por su mayor frescura o alentado por los pinchazos de los otros grandes, el Bolonia arrancó con descaro. Se hizo con el cuero y merodeó las inmediaciones del área de Handanovic, aunque sin poner en aprietos al arquero. Sin sufrir en ningún momento, el Inter fue llevando el partido a la igualdad. No lograba, sin embargo, dar el siguiente paso. Eriksen estaba desactivado y los delanteros recibían demasiado lejos del área.
El 0-1 llegó en una acción aislada. Bastoni sorprendió al incorporarse al ataque y desde la línea de fondo puso un centro que Lukaku cabeceó a gol. Ravaglia se quitó de encima el primer remate a bocajarro, pero en plena caída nada pudo hacer para evitar el tanto del belga. Sin demasiadas florituras, el Inter acarició el segundo en una acción a balón parado que Ranocchia cabeceó cerca del palo.
El Bolonia, por su parte, no exigió a Handanovic hasta el ocaso del primer acto. Un tiro de Schouten que el esloveno palmeó a córner sin demasiados problemas. Tras el intermedio, los de Mihajlovic trataron de repetir el atrevido arranque del primer tiempo, pero se quedaron a medio camino.
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El Inter supo exprimir al partido el ritmo lento que le interesaba. Lo sedó, a la espera de una acción aislada que le permitiera sentenciar. La tuvo Lautaro, desapercibido en general, en un disparo desde la frontal que se estrelló en el poste. Y poco más generó en ataque. Tal fue la relajación 'nerazzurra' que terminó por permitir la crecida 'rossoblu'. El Bolonia fue a más, pero su falta de pegada le impidió inquietar a un Inter lanzado hacia el 'Scudetto'.