Reflujo y acidez. Encuentro de sal de frutas en el Ennio Tardini. De digestión pesada. Por momentos, con aroma de pachanga entre amigotes. Ni la incertidumbre del resultado dotó de emoción a los últimos minutos. Desinterés total. Theo desequilibró con un recurso de exterior en una jugada embarullada. Como no podía esperarse de otra forma.
Honraron al fútbol italiano Parma y Milan. Rácanos en la propuesta. Previsibles en la ejecución. La pelota era lombarda, pisando la parcela local durante gran parte del primer tiempo. Faltaron ideas. La más brillante, un disparo potente y seco de Kessié. El marfileño dobló la muñeca de Sepe, pero el balón no quiso entrar. Iacopini frustró segundos más tarde a Piatek.
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Despertó del sopor a los presentes Suso con un zurdazo. Ligeramente cruzada la intentona del andaluz. Ganas de reivindicarse ante la atenta mirada desde el palco de Matteo Salvini, ministro del interior italiano y que hace unas semanas tuvo sus más y sus menos con el español en las redes sociales. El '8' rossonero mostró más ambición que nadie. El Milan de Stefano Pioli tampoco carbura. Aunque esta vez encontró los tres puntos. De manera cómica. De rebote. Así también vale. La definición de Theo, lo mejor del partido.