Dybala es así. Un futbolista impredecible, capaz un día de derrumbar al Barça y otro de pasar como un fantasma por el Camp Nou, que lleva, sin embargo, en volandas a la hinchada de la Vecchia Signora, entregada a su número 10 para aspirar a cualquier sueño. Este sábado cumplía 100 partidos con la Juventus y lo celebró a lo grande: hat-trick en Sassuolo en una exhibición.
Tal fue así que cuando se retiró del campo rozando el minuto 85, el argentino fue premiado con una ovación por parte de la hinchada local, que le reconoció de esta manera su fenomenal partido. Cinco días después de que la Juve fuera un juguete a manos del Barça, en Sassuolo recuperó la sonrisa.
La Juventus respondió a la victoria del Inter con un triunfo alejado del brillo pero solvente en su consecución. El protagonismo fue para Dybala, autor del 0-1 en el segundo remate a portería de su equipo y que apagó cualquier aspiración del Sassuolo con el 1-3, cuando podía ponerse en duda su cuarta victoria consecutiva.
Rematando desde el borde del área de primeras y por sorpresa un pase horizontal de Mandzukic marcó el 0-1 el crack argentino a los 16 minutos y apenas comenzar la segunda mitad, disparando de puntera tras recibir de Cuadrado, logró el 0-2.
Se estiró el Sassuolo, desafortunado y rabioso, que se estrelló antes contra Buffon cuando pudo igualar en la primera mitad Falcinelli... Y puso el 1-2 Politano en un despiste de la zaga de la Juve, pero su esperanza acabó no mucho después.
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Una falta un metro fuera del área le sirvió a Dybala, a los 63 minutos, para solventar el duelo, enterrar la depresión con que abandonó el Camp Nou tras ser destrozado por Messi y recuperar la sonrisa juventina.