Çalhanoglu ha dado el punto cómico al empate entre el Bayer Leverkusen y el Schalke de esta jornada de la Bundesliga. El centrocampista de origen turco pero nacido en Alemania, fue objeto de una lanzamiento desde la grada que acabó en anécdota.
Al joven jugador le lanzaron lo que parece un trozo de pan -algunos dicen que fue un trozo de cerdo- y él, lejos de obviar el suceso, tomó en sus manos la comida, la besó tres veces y la bendijo. Algo que es común en la religión musulmana, de la que Çalhanoglu es fiel.