Tras el liderato llega la calma a Múnich

No existe mejor debut en un banquillo que el de Thomas Tuchel el pasado sábado. El nuevo técnico del Bayern llegaba para calmar las aguas en un equipo en el que la relación entre los jugadores y la dirección técnica era inexistente. No obstante, tenía por delante un peligroso estreno en el que se jugaba, nada más comenzar, el liderato de la Bundesliga.

Y no solo eso, sino que además lo hacía en ‘Der Klassiker’ frente a un Borussia Dortmund que llegaba al Allianz Arena en plena forma invicto en Liga en lo que iba de año. Pero allí se plantó Tuchel, ante su exequipo, y le endosó un contundente 4-2 empañado, si es que se le puede llamar así, solo por un final de partido en el que, con cuatro goles de ventaja, se dejaron llevar para terminar encajando dos goles en los últimos minutos.

Primera piedra

"Estaba muy nervioso, fue un primer paso, pero aún queda mucho por mejorar. Empezamos muy nerviosos, con muchas pérdidas de balón, así que tenemos mucho que analizar”, apuntó tras el partido un cauto Tuchel. “El equipo tiene muchas ganas de aprender, entiendo que haya cosas que no funcionen todavía. Hay que encontrar nuestro ritmo, aún hay margen de mejora, así que nadie debe estar demasiado eufórico”, añadió.

El técnico alemán, eso sí, se mostró muy orgulloso de su equipo: “Estamos orgullosos de la plantilla y pueden estar satisfechos, ganamos con confianza”. Pero Tuchel insistió en que “hay trabajo por delante”.