Cuando la pelota deja de entrar hay un problema. El RB Leipzig se complica la vida con su segundo empate consecutivo sin goles en la Bundesliga y podría dejar camino libre a un Bayern que juega mañana. En caso de triunfo de los bávaros, la diferencia sería ya de cinco puntos. Mereció ganar ante un Wolfsburgo ordenado en defensa que también dio algún susto.
Sorprendió Nagelsmann sentando a Werner en la difícil visita al Volkswagen Arena y lo pagó. La falta de gol ante el Leverkusen de la anterior jornada se repitió en esta en una primera mitad falta de ocasiones de gol. La presión alta de los locales obligaba a tocar muy atrás a los de Leipzig que no lograban superar líneas de presión con la facilidad de otros días.
El partido se fue enquistando con el paso de los minutos y apenas un remate de Angeliño en el minuto 36 supuso algo de peligro en ambas porterías. Le pegó con la diestra y se notó.
Pocos errores en defensa por parte de los dos equipos impedían ver más ocasiones de gol y solo el cansancio de los últimos minutos abrió el encuentro. También la entrada de Dani Olmo o Timo Werner que generó más pánico que fútbol. De hecho, el Wolfsburgo se pudo llevar la victoria en los últimos minutos de partido con un remate cruzado de Schlager que salió lamiendo el palo.
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Un reparto de puntos que no favorece nada los intereses de título para los visitantes. Se han atascado en el peor momento de la temporada.