Fue la imagen del partido. Del postpartido, mejor dicho. Un Guardiola enfadado que primero regañó a Alaba y Benatia, y luego se fue directo a Kimmich y comenzó a pegarle gritos.
“Le he dicho que es uno de los mejores centrales del mundo”, contó Guardiola tras el partido. “Me encanta este chico. Joshua Kimmich hizo un gran partido, ¡Le doy la enhorabuena por todo lo alto”, añadió.
Y es que en su sexta aparición como central el Bayern completó el cuarto partido sin encajar un gol. “Con él tenemos un defensa y un creador de juego muy bueno. Tiene personalidad con la pelota. Me gusta trabajar con jugadores que quieren aprender. Tiene voluntad y pasión. Lo tiene todo”, dijo el catalán.
Kimmich, por su parte, explicó que “nada más terminar los partidos las emociones afloran. ¿Pep? Genial. A un entrenador le hace bueno no conformarse nunca y siempre intentar mejorar. Siempre quiere sacar el máximo de cada uno. Tras el partido me dijo un par de cosas que debía haber hecho mejor”.
Kimmich se refería a la posición en que jugó después del cambio obligado de Xabi Alonso en los compases final del encuentro. “Jugué un pelín demasiado arriba”, explicó y se supone que esa fue una de las correcciones que le hizo Guardiola.
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Finalmente, recordó que un año atrás jubaba en Segunda y que “lo máximo es haber jugado un partido primero contra segundo de la Bundesliga. Ha sido divertido”.