Inusual imagen la que nos dejó este sábado el Stuttgart-Bayern. Corría el minuto 27 cuando Pep Guardiola decidió dar un golpe de timón inesperado para sentar a uno de los pesos pesados del equipo: Arturo Vidal.
El cambio podía sorprender a más de uno ya que todavía no se había cumplido la primera media hora de juego. Sin embargo, la decisión del técnico del Bayern estaba más que meditada. Vidal había recibido una cartulina amarilla apenas cinco minutos antes y, lejos de bajar de revoluciones en su asfixiante presión al rival, el ex de la Juventus había fregado ya la expulsión con alguna entrada al límite. Con 0-0 en el marcador y después de que Didavi dispusiera de la mejor ocasión del partido -obligó a Neuer a realizar una gran intervención-, Pep no se lo pensó dos veces.
CAMBIO PREVENTIVO Y ESTRATÉGICO
La elección de Guardiola, además, no fue casual. El elegido para suplir a Vidal fue Müller y la entrada del alemán le cambió la cara a su equipo, que fue creciendo en su juego con el paso de los minutos hasta imponer su ley a partir del centro del campo, aunque dejó algo huérfano de músculo a Xabi Alonso en la medular.
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El 'castigo' a Vidal llega apenas cuatro días después de su decisivo papel en la ida de cuartos de final de la Champions ante el Benfica. El propio Pep elogió al chileno a la conclusión del choque. Sin embargo, con Pep no hay tiempo para relajaciones y Vidal, pese a haber brillado en los últimos meses, deberá tomar nota para no repetir errores similares en el tramo final de la temporada.