Casi todo sigue igual en Alemania. El Bayern se coronó como campeón de la Bundesliga por décima vez consecutiva. El Dortmund, como cada año, hizo el amago de presentar oposición al reinado del terror bávaro, pero terminó desistiendo por culpa de su irregularidad. Bayer y Leipzig volvieron a clasificar para la Champions, aunque al cuadro de Red Bull le costó más que de costumbre.
Todo -o casi todo- sigue igual, pero eso no ha impedido que se produzcan gratas sorpresas. El Union Berlín, que apenas llevaba tres temporadas en la élite germana, consiguió una milagrosa clasificación para la Europa League en la última jornada. El Friburgo, a pesar del desajuste final que le privó de la Champions, también logró acceder a la competición europea de plata. Y el recién ascendido Bochum se transformó en el matagigantes de la competición tras vencer a Dortmund (3-4) y Bayern (4-2).
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Como de costumbre, Lewandowski se hizo con la Bota de Oro y Neuer fue el portero menos goleado. Pero la sangre nueva también acaparó los focos. Nkunku y Schlotterbeck se consagraron en la élite.