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El Eibar sonroja a un Betis nefasto en la retaguardia

Los de Pellegrini pagaron sus carencias en la zaga y en salida de balón

Terminaron noqueados por un Eibar liderado por Bryan Gil

Francesc Ripoll

Balón de oxígeno para el Eibar, que coge aire después de derrotar a un proecupante Betis, que volvió a encajar y sigue con su sangría en defensa. 11 goles encajados en los últimos tres encuentros. Situación muy preocupante. Muto y Burgos hurgaron en la herida de los verdiblancos, que se acercan a la zona de descenso.

Se vio a un Betis propositivo con el balón tras el pitido inicial. Buscando dominar el encuentro a través de la posesión, los de Pellegrini, con la novedad de Nabil Fekir en el once, se encallaban en los metros finales, pues solo se aproximaron un par de veces en los compases iniciales. Pero no había aguijón.

Hasta que en el 20’ llegó la más clara para los andaluces. Tello desaprovechó un mano a mano clamoroso, despejado por un Dmitrovic que se agigantó y evitó el tanto sacando un pie milagroso.  

Mientras, el Eibar a lo suyo. Presión alta, intensidad a raudales y buscando los errores del Betis en la salida de balón. Que no eran pocos. Esta fragilidad en la retaguardia explica porque son el equipo más goleado de la categoría. Y de hecho, si no fuera por Inui, habrían encajado un tanto más antes del receso. En la enésima pérdida verdiblanca en campo propio, los eibarreses armaron un ataque que terminó con un cabezazo de Bryan Gil –pura electricidad- que superó a Joel Robles. Pero justo antes de que el balón entrara, el japonés, que estaba en posición antirreglamentaria, puso la bota para adjudicarse el tanto. Error. El VAR lo detectó y anuló el tanto. Vida extra para el Betis.

Viendo el panorama, Pellegrini movió ficha en el descanso. Sentó a Emerson para dar entrada a Montoya. Pero le salió el tiro por la culata. En un abrir y cerrar de ojos, los armeros sentenciaron el partido. Muto cazó una prolongación tras un saque de esquina –procedente de otro fallo  verdiblanco- y el nipón abrió la lata. Tocados. Acto seguido, incomprensible salida de Joel Robles, que cometió penaltiBurgos no perdonó. Hundidos.

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Pellegrini para buscar una remontada que, por sensaciones, se antojaba imposible. De hecho, Joel evitó el tercero atajando una pena máxima lanzada por Sergi Enrich. No sirvió de nada.