Mascherano es un tipo de apariencia fría y muy alejado de cualquier tipo de estridencia sobre el terreno de juego. Aún así, el argentino anoche se dio una alegría al saldar una de sus cuentas pendientes: marcar un gol con la camiseta del FC Barcelona.
Nada más finalizar el partido, Mascherano fue agasajado a felicitaciones en el vestuario con un sinfín de mensajes recordando la singular efemérides tras el gol contra Osasuna.
El Jefecito no es un tipo especialmente fetichista y es poco habitual que abandone las instalaciones con algún tipo de camiseta o recuerdo de los partidos que disputa. Anoche tampoco fue una excepción, nada de balones, camisetas y mucho menos las botas del lanzamiento de penalti.
Mascherano abandonó el Camp Nou con cierta prisa y con ganas sobre todo de llegar a casa para reunirse con su familia y, muy especialmente, con Bruno, su hijo recién nacido hace solo un par de semanas.
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El internacional argentino también ostenta su particular museo futbolístico, básicamente dedicado a aquellas camisetas que considera más simbólica, aunque en su caso todavía se encuentra instalado en su domicilio de Argentina.