Subastar a Frenkie De Jong no es una obligación presupuestaria. A nadie escapa que es un gran jugador. Lo es.
Sin embargo, tras la herencia ruinosa recibida y en este contexto económico, nadie es imprescindible. Y si llega una buena oferta por un jugador que es más bonito que bueno, sería una irresponsabilidad no estudiarla. Las cosas, somo son.