El FC Barcelona llegó con derrota por la mínima (1-0) al descanso ante el Espanyol en Cornellà - El Prat y el técnico azulgrana, Ernesto Valverde, buscó en el intermedio una solución inmediata para dar la vuelta al encuentro cuanto antes.
Arturo Vidal fue de nuevo el elegido por el míster del Barça para desatascar el derbi y recuperar la imagen del equipo, tras una primera parte de muy baja calidad técnica.
Valverde demostró con hechos, como ya adelantó en la rueda de prensa de la previa del viernes, que no le afectan los temas extradeportivos para tomar sus decisiones, después del lío en forma de denuncia al club del chileno.
El croata Ivan Rakitic se convirtió un día más en el jugador sacrificado en el centro del campo, pese a que no se le vio demasiado en el primer tiempo en la medular, y, al inicio de la reanudación, los azulgranas confiaron en el salvavidas chileno.
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Y cierto es que mejor imposible para Valverde. Primero marcó Luis Suárez y después el propio Arturo Vidal, de cabeza tras una excelente asistencia del urugayo, en apenas un cuarto de hora para dar la vuelta a la tortilla y situarse momentáneamente por delante en el marcador los blaugrana.