El FC Barcelona cerró la fase de grupos con una brillante victoria a domicilio ante el Inter (1-2). Un triunfo muy meritorio, teniendo en cuenta que su mejor futbolista, Leo Messi, se quedó en Barcelona, y en el que la cantera se reivindicó con los goles de Carles Pérez y Ansu Fati.
Había motivos suficientes para la alegría, pero un futbolista blaugrana acabó la noche con una sensación de tristeza incontenible. No por lo que había ocurrido en el Giuseppe Meazza, sino por lo que acababa de suceder a algo más de mil kilómetros.
Nada más acabar el partido, Frenkie de Jong levantó la cabeza en dirección al videomarcador y su cara fue un poema cuando vio la derrota del Ajax en Valencia que descabalga al cuadro de Amsterdam de la competición.
El centrocampista holandés es feliz en el Barça, pero su corazón sigue siendo del Ajax, club que le abrió las puertas del Camp Nou y con el que el curso pasado alcanzó las semifinales.
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La derrota contra el Valencia (0-1) dejó al equipo de Ten Hag fuera de los cruces. Un golpe duro para un De Jong que no olvida sus raices.