Francisco Trincao no acaba de dar ese paso adelante que ponga a su técnico, Ronald Koeman, en un compromiso a la hora de confeccionar su once inicial. El delantero portugués gozó de una nueva oportunidad ante el Rayo Vallecano para reivindicarse, pero se quedó a medias, a pesar de mostrarse muy participativo y ser uno de los futbolistas más activos en ataque.
El portugués arrancó con ganas y quizá las cosas hubieran cambiado radicalmente si Guillermo Cuadra Fernández hubiera señalado un posible penalti por derribo de Alejandro Catena que el blaugrana forzó en la primera acción en la que encaró por la banda derecha. Trincao lo intentó una y otra vez y mereció mejor suerte, pero esa ansiedad por no haber inaugurado su casillero goleador como blaugrana quizá le pasó factura.
Francisco Trincao aún debe dar un último paso adelante en el FC Barcelona
| JAVI FERRANDIZUna acción clave
El luso tuvo su gran oportunidad en el minuto 36, cuando le ganó la espalda a Catena para forzar un tres contra dos con Leo Messi y Antoine Greizmann. Pero en lugar de ceder al argentino, que entraba totalmente solo al remate, optó por intentar sorprender a un Stole Dimitrievski que le adivinó la intención. Una lástima, ya que el joven delantero portugués estaba dejando buenas sensaciones con su capacidad para desbordar.
Trincao no dejó de intentarlo hasta que Koeman decidió sustituirle por Ousmane Dembélé, en el minuto 68, después de que el Rayo Vallecano se adelantara en el marcador. El luso volvió a caer en el área, esta vez ante Fran García, y aún estuvo a punto de forzar un penalti nada más empezar la segunda parte, de nuevo ante Fran García. Pero su concurso, lleno de intenciones, volvió a ser infructuoso de cara al marcador.
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El portugués ha participado en 25 de los 29 partidos oficiales del Barça pero sigue sin resolver su personal cuenta pendiente con el gol. Como también tiene pendiente marcar diferencias como lo hacía en el Sporting Braga, que es lo que llamó la atención de la dirección deportiva blaugrana. Una asistencia a Messi en todo este tiempo es insuficiente para un futbolista que en Vallecas perdió su timidez, pero sin acabar de explotar.