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Seguramente Luis Enrique era quien más creía en la remontada. Él, como nadie, conoce el enorme potencial que reúne su plantilla y supo dar con las tres teclas para obrar el que para muchos era un milagro. Ese fatídico 14 de febrero afirmó que era "el culpable de todas las derrotas" pero recordó que también debía ser "el culpable cuando se gana". Como si de una premonición se tratara, esa noche el asturiano no quiso hablar de remontada, pero a buen seguro que la empezó a gestar en su cabeza.
3-4-3, el sistema que recuperó la esencia del barça
Lucho sabía que tenía que buscar nuevas soluciones y sacudir a su equipo a nivel táctico para recuperar la mejor versión del equipo. Y en el partido en el Calderón ante el Atlético apostó por el 3-4-3, y acertó. Fue el primer paso hacia la remontada.
Ese día jugó con tres centrales (Piqué, Umtiti y Mathieu) y dibujó un rombo, con Busquets en la parte inferior, Sergi Roberto e Iniesta como interiores y Messi en la punta más avanzada, para volver a potenciar el medio del campo y hacerse con la posesión de balón. Y delante: Neymar, Suárez y Rafinha. Ganaron 1-2 y con los primeros síntomas de que el mejor Barça había vuelto.
Ante el Sporting repitió ese 3-4-3, dejando claro que utilizaba este partido de nuevo como banco de pruebas de cara al duelo de vuelta ante el PSG y se saldó con una goleada 6-1. Mismo sistema frente al Celta y un 5-0 con un partido estelar de Messi, Neymar y Busquets que dio pie a soñar con la remontada. Y, como no podía ser de otra manera, fue la disposición táctica elegida ante el PSG en el Camp Nou. Una decisión valiente, la de jugar sin laterales, que tuvo el efecto deseado pese al gol de Cavani.
El anuncio de su adiós en el momento adecuado
Luis Enrique utilizó el anuncio de su adiós como revulsivo para liberar a sus jugadores y quitarles presión. Se lo comunicó a sus jugadores antes del duelo ante el Sporting y de forma pública en la rueda de prensa posterior al partido. "Quedan tres meses apasionantes, tres meses en los que estamos en todas las competiciones.
En una de ellas es cierto que estamos en una situación difícil, pero estoy seguro que vamos a tener una oportunidad de darle la vuelta si se alinean los astros", dijo Lucho. No sabemos si hubo una alineación de los planetas a favor del Barça, pero no cabe la menor duda de que el técnico barcelonista supo elegir el mejor momento para anunciar su adiós a final de temporada y destensionar así su vestuario.
El cambio providencial de Sergi Roberto en el minuto 75
En muchas ocasiones se ha criticado a Luis Enrique por sus cambios, y es de recibo reconocer que ante el PSG acertó de pleno y sus tres apuestas desde el banquillo (Arda Turan, Sergi Roberto y André Gomes) le salieron bien, sobre todo la del canterano.
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Su entrada fue providencial al marcar un gol para la eternidad en el minuto 95 que culminó una remontada que parecía imposible cuando Cavani había marcado el único gol de las franceses en el Camp Nou. "No sé ni cómo he marcado, me he tirado con todo", confesaba Sergi Roberto. A Luis Enrique le salió bien la jugada. Tenía que ser uno de la casa el que se erigiera en el héroe final.