Aquellos que no cesan de repetir que Joao Félix es un futbolista marcado por su tremenda irregularidad, y que esta carencia ha sido una de las claves que le ha impedido dar el salto de calidad esperado en las últimas temporadas, frente al Almería se cargaron de razones. El luso firmó un partido de lo más discreto justo cuando el equipo más necesitaba de su magia y recursos en el uno contra uno.
Joao Félix no estuvo nada inspirado en los 45 minutos más descuento en los que participó sobre el terreno de juego. Y es que, al descanso, en contra de lo que es habitual Xavi Hernández decidió tomar medidas y prescindir del futbolista luso para buscar la mayor profundidad de Ferran Torres por banda izquierda -tampoco saltó al campo Christensen, aunque el central danés en su descarga hay que recordar que acumulaba una tarjeta amarilla-. En lo que llevamos de temporada sí ha sido habitual este relevo, aunque casi siempre ha llegado en los últimos minutos de partido y producto del cansancio acumulado.
Hasta ese momento, el portugués exhibió un fútbol marcado por las imprecisiones en algunos controles de balón, poca fortuna en el uno contra uno y, lo que es más preocupante, malas decisiones a la hora de decidir cuándo había que encarar y cuándo tocaba prolongar el juego asociativo.
Nula presencia ofensiva
Como no podía ser de otra forma, frente al Almería ni tan siquiera fue protagonista en el interior del área rival. En ese primer tiempo aciago, no tuvo opciones de medir al meta Maximiano.
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Consciente de la falta de acierto individual, el propio Joao Félix mostró varias imágenes en las que evidenciaba el descontento con su rendimiento individual. No hubo manera y, además, su compañero por banda, Balde, tampoco estuvo nada fino a la hora de salir al rescate y buscar la superioridad numérica por banda para castigar a la defensa del Almería.