La frustración por la derrota en Anfield envuelve al mundo del barcelonismo, donde están incluidos los propios jugadores. Según ha publicado 'The Guardian', Lionel Messi se derrumbó y rompió a llorar en el vestuario.
Tras el desastroso partido que protagonizó el Barcelona, solo Sergio Busquets y Luis Suárez dieron la cara ante los medios de comunicación y dejaron claro que no hay excusa por los errores cometidos ante el Liverpool.
Al de Badía del Vallès le costaba contener las lágrimas durante sus declaraciones, donde pidió disculpas a los aficionados, y el uruguayo fue muy crítico con la actuación demostrada en el campo.
"No puede ser que en un minuto concedamos dos goles. El cuarto gol parece de juveniles. Tenemos que entender todas las críticas que nos van a llover", admitió Suárez.
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En cuanto a Messi, capitán del equipo, fue el último en salir del estadio tras someterse a un control antidopaje. Cabizbajo y deprimido, se dirigió hacia la salida del estadio. Debido a la prueba que tuvo que pasar el argentino, la expedición azulgrana partió hacia el aeropuerto sin él.