César Azpilicueta es uno de los grandes objetivos del Barça para reforzar la defensa, pero la operación de su fichaje no está siendo fácil: aunque parecía que el navarro podría quedar libre el pasado mes de junio, una cláusula de su contrato permitía al Chelsea prorrogar de manera unilateral su contrato una temporada más.
La situación, por lo tanto, obliga a las tres partes implicadas (Chelsea, Barça y futbolista) a jugar sus cartas en la negociación: el jugador quiere dejar el club inglés para firmar por el Barça; el Barça lo quiere a toda costa (Xavi le ha llamado varias veces para dejárselo claro) y el Chelsea, por su parte, intenta retenerlo.
Con el cambio de propiedad del Chelsea (el estadounidense Todd Boehly es el nuevo dueño del club, tras la obligada salida de Abramovich), el club inglés ha desplegado toda su artillería para intentar que ‘Azpi’ no se vaya de Stamford Bridge.
Para empezar, el Chelsea se descolgó reclamando al Barça el pago de 10 millones de euros para liberar a Azpilicueta. Los negociadores del Chelsea sabían que era una cantidad demasiado alta, por la edad del jugador (32 años) y por la exigua capacidad económica del Barça.
La intención del Chelsea era que el Barça diese por perdido al jugador. El club azulgrana nunca se planteó pagar esa cantidad, pero siguió insistiendo para rebajar el precio.
La segunda ‘estratagema’ del Chelsea tuvo que ver con el propio jugador: aunque el nuevo dueño del Chelsea sabía de primera mano que ‘Azpi’ quiere irse al Barça, intentó convencerlo con una curiosa mezcla, a medias entre la empatía personal y los datos.
La ayuda del 'big data'
Los dueños del Chelsea se sentaron con Azpilicueta y le mostraron una serie de parámetros extraídos de un programa de análisis de datos: minutos, recuperaciones, kilómetros recorridos, balones recuperados, mapas de calor, etc.
Según esa información, al Chelsea le sería imposible encontrar en el mercado a un jugador del nivel de Azpilicueta. Fue el argumento empleado por los gestores del Chelsea para intentar convencerlo de seguir en Stamford Bridge.
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Azpilicueta, sin embargo, quiere jugar en el Barça: considera que está en la edad ideal para hacerlo, que la oportunidad es inmejorable y además, quiere regresar a España. Por eso no cedió a los intentos del Chelsea ; por eso será del Barça antes del 31 de agosto.