Luis Suárez se salió en la primera mitad del juego ante el Sevilla. El delantero urugayo mostró su lado más letal ante los andaluces en la final de la Copa del Rey con sus dos anotaciones, dándole a los de Valverde una cómoda ventaja de 0-3 al descanso. Ese doblete le sirve al charrúa para sumar ya 150 goles con la camiseta del Barça desde su llegada en 2014 (no jugó hasta la segunda mitad de temporada).
El primero había sido una mera desconcentración de la zaga hispalense. Una certera asistencia de Cillesen se combinó con la demora de Soria en salir y la floja marca de los zagueros de Montella, dejándole a Coutinho el camino libre para que cabalgara y le sirviera a Suárez el gol que abría el marcador.
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Messi frotó la lámpara para el segundo gol del charrúa. Una gran jugada que arrancó desde el fondo Jordi Alba terminó con una pared entre los cracks sudamericanos, dejando sin opciones a la defensa del Sevilla que no pudo hacerle frente a la magia de los blaugranas. David Soria, impotente, vio como su arco fue vulnerado una vez más.