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El Barça anunció ayer que cierra Barça TV, cuyo contrato expira el próximo 30 de junio y cuyo futuro, a día de hoy, está en el aire porque nadie sabe exactamente qué ocurrirá con los 120 trabajadores que forman parte de esta televisión. Con un coste de unos ocho millones de euros anuales, pagados por la entidad a Telefónica, propietaria de esta empresa, que durante los últimos años ha vivido muchos cambios de manos, pero siempre ha mantenido el hecho de ser televisión oficial del club.
La sorpresa fue mayúscula entre los trabajadores porque, pese a que muchas informaciones aseguraron que habían sido informados de la decisión por el club, muchos de ellos se enteraron ayer a través de los medios de comunicación. Nadie les había dicho absolutamente nada del cierre de la televisión en la que, en algunos casos, llevan trabajando durante más de dos décadas. De hecho, hace algunas semanas el grueso de sus trabajadores pidieron mejoras salariales y tampoco entonces se llegó a insinuar, en ningún momento, que no solo no habría mejoras, sino que todos acabarían en la calle a partir del próximo 30 de junio.