La solución del Barça: el antídoto de Flick funciona

El Barça tenía por delante el reto de iniciar nuevo proyecto con Hansi Flick a las órdenes del barcoen uno de los estadios más duros de la competición. Mestalla siempre es un campo complicado para los intereses de los azulgranas por la intensidad del rival tanto en el césped como en la grada, un ambiente que podría intimidar incluso al jugador más veterano. 

A los jovenzuelos del Barça, sin embargo, no los amedrentó. Flick fue valiente cuando decidió salir en Valencia con tres jugadores menores de edad ante la plaga de lesiones y bajas: Lamine Yamal, Pau Cubarsí y Marc Bernal fueron el mejor antídoto para los culés. Pocos entrenadores se atreverían a tanto en su primer partido en el cargo de un banquillo como el azulgrana, pero su gesto, de récord en España, se vio recompensado con la solvencia de tres chavales que cada día que pasa demuestran aquello de que la edad, y nunca mejor dicho, es solo un número. 

Lamine Yamal, al que no descubriremos en estas líneas, fue el jugador más desequilibrante en los 85 minutos que estuvo sobre el campo, asumiendo galones de peso en ataque. Cierto es que no estuvo brillante como en otras ocasiones en el uno contra uno, pero cada quiebro suyo, como una ruleta digna de genio, desajustó el posicionamiento defensivo de los de Baraja. Al final de la primera parte, con una aparición de carácter en el área, regaló la asistencia a Lewandowski para empatar el partido en el momento más crítico para los azulgranas después del gol inicial del Valencia.

Pau Cubarsí, por su parte, siguió en la misma línea que la temporada anterior. En su primera aparición con el equipo de Flick después de ganar el oro olímpico con la selección española, se mostró como un veterano, tirando la línea defensiva hacia delante, anticipando y haciendo faltas tácticas cuando era necesario. Además, salvó un gol bajo palos tras un error calamitoso de Ter Stegen en la salida de balón con 1-0 en el marcador.

Finalmente, Marc Bernal. El de Berga hizo su debut oficial con el primer equipo y demostró por qué confía Flick en él. Con balón, se posicionó como pivote único y fue el faro en la salida de pelota, siempre sereno y ordenando al equipo. En defensa, sólido y bien posicionado. 

Casadó, mención especial

Aunque los focos se los llevó el otro Marc por su primera participación con los mayores, lo cierto es que el partido de Casadó, de tan solo 20 años, fue una exhibición de fundamentos y físico. 

El ‘Kimmich culé’ fue el termómetro de las fuerzas del equipo a la hora de lanzar la presión y estirar a los suyos. Su corazón y empuje en las llegadas le llevó a rozar el gol en dos ocasiones.