El Barça no solo compite contra sus rivales en la Liga, sino que lo hace prácticamente contra sí mismo. O, por lo menos, contra la versión de sí mismo que ofreció la pasada temporada, cuando conquistó el título con un fútbol sólido y, sobre todo, una fortaleza defensiva que le permitió mantener a cero la portería en muchísimas jornadas.
De hecho, un solo dato sirve para explicar muchas cosas de las que le suceden al equipo esta campaña. Mientras en la 22-23 los blaugrana encajaron, en 38 jornadas, 20 goles, en la presente, tras 18 jornadas, ya ha recibido 21 tantos, uno más. Tan cierto es que las estadísticas en ese apartado la pasada temporada tenían mucho de excepcional, como que en esta el Barça encaja mucho más de lo recomendable en un equipo que luchar por ser campeón.
El problema no está en la portería
Ter Stegen, de hecho, ganó el Trofeo Zamora, un galardón que en esta edición de la Liga está imposible, también porque el guardameta alemán está lesionado. Sería un error, sin embargo, simplificar el problema en la figura del portero, ya sea Marc-André o, ahora, Iñaki Peña. Es el conjunto del sistema defensivo el que ha disminuido preocupamente su eficacia.
Joao Félix, en una acción del Barça-Almería de este miércoles
| Valentí EnrichNOTICIAS RELACIONADAS
Si no eres capaz de ser más contundente a nivel realizador y atrás das demasiadas facilidades o, como ante el Almería, cometes errores de bulto, la capacidad competitiva de los blaugrana cae en picado.