El contundente 4-1 con el que el Bayern ha humillado al FC Barcelona al descanso ha dejado al conjunto blaugrana sin argumentos.
Obligado a mover ficha en busca del milagro, el entrenador del Barça, Quique Setién ha decidido tirar de Antoine Griezmann, el futbolista al que había sacrificado para apostar por un 4-4-2
El técnico cántabro había planteado el partido con la idea de frenar el rodillo alemán. Y la apueta era reforzar el centro del campo dando entrada a Arturo Vidal junto a Sergi Roberto, Sergio Busquets y Frenkie de Jong.
Con este planteamiento, uno de los componentes del tridente tenía que quedarse fuera del once incial. Y claro, no iban a ser Leo Messi ni Luis Suárez. Así que el que se quedó en el banquillo fue Griezmann.
Con todo perdido, Setién ha tirado del internacional francés para recuperar el tridente junto a Messi y Luis Suárez, en un intento a la desesperada de volver a meterse en el partido.
NOTICIAS RELACIONADAS
Griezmann saltó al césped de Da Luz, pero con tan poca convicción que el resto de sus compañeros. Un triste final a una temporada que empezó con la ilusión de convertirse en un futbolista importante y que ha acabado con un papel residual.