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“No soy amigo de Florentino. Amigos en la vida solo tengo cuatro o cinco”, declaró Rosell.
Por otra parte, y pese a dejar claro que no será más intervencionista con la marcha de Guardiola, Rosell explicó que tomará cartas en el asunto "si la polémica con el Real Madrid viene por el presidente o por la institución". "Si viene por Mou, que conteste Tito, y si viene por Iker, que conteste Puyol", apuntó el máximo mandatario azulgrana.
Sobre su relación con el expresidente Joan Laporta, con quien coincidió en el Sant Andreu como jugador, Rosell afirmó que "en 2003 la connexión era absoluta, pero luego alguien empezó a interferir y él empezó a ver cosas extrañas".
En relación a sus discrepancias pasadas con Johan Cruyff, Rosell apuntó que él intentó limar asperezas con el holandés, "pero Johan no tiene mucho interés". "Yo soy 'cruyffista', pero el que ha dejado de serlo es el propio Cruyff", afirmó el presidente azulgrana. En la misma línea, lamentó que uno de los inconvenientes de ser presidente del Barça es "la gran cantidad de enemigos que te salen sin saber por qué".
De su tarea desde que llegó al Barça, Rosell dejó claro que "fichar a Ronaldinho" es lo mejor que ha hecho en el club azulgrana. "Él cambió el rumbo del barcelonismo", aseguró.
Preguntado por una valoración de sus dos años de mandato, el directivo barcelonés no dudó en asegurar que se trata de un balance "extraordinario". "La parte deportiva se ha mantenido o incluso mejorado. En términos económicos, estamos enderezando la situación y, además, hemos acabado La Masía y estamos rehaciendo el Palau, entre muchas otras cosas”, explicó.
Como no podía ser de otra forma, Rosell también habló de Guardiola, y lo hizo para destacar que su relación "ha acabado muy bien". "Cada dos meses comíamos en mi casa juntos, me sabe muy mal perderle", reconoció el presidente azulgrana.
Sin embargo, se mostró convencido de que Tito Vilanova era el hombre ideal para sustituir al de Santpedor en el banquillo. "Tito es muy valiente, 'chapeau' para él. Está animado y perfecto de salud. Desde octubre tuvimos claro que él sería el entrenador si Pep no continuaba", comentó Rosell.
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Por último, y en clave política, el máximo mandatario azulgrana aseguró que no le gustaría convertirse en el presidente de Catalunya.