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Samuel Umtiti negoció su renovación con el Barcelona apostando fuerte en favor de su rendimiento. Siempre ha dicho que se veía titular y compitiendo por jugar en este equipo. Dicho y hecho. Cuando negoció la continuidad con el club lo hizo fiándolo todo a su aportación al equipo.
Si no juega, casi no cobra. Mucha parte de los emolumentos de su contrato figuran en concepto de variables. Si no juega, ingresará muy poco. El ahorro para el club puede ser cercano a los 14 millones de euros. No tenía porqué arriesgar, y lo hizo. Y para colmo se lesionó.