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La revolución que unió al Galatasaray con sus rivales históricos

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Las protestas de la plaza Taksim de 2013 aparcaron la intensa rivalidad entre los tres grandes clubes de Estambul

El documental 'Istanbul United' refleja la comunión entre los seguidores de Galatasaray, Besiktas y Fenerbahce que se manifestaron contra Erdogan

Las aficiones de Galatasaray, Fenerbahce y Besiktas se unieron en 2013 / | Editorial Puskas

Parecía un simple retoque urbanístico, pero acabaría desencadenando una serie de protestas que centraron la atención de la prensa internacional y que acabaron por lograr lo imposible, que las aficiones irreconciliables de los tres grandes clubes de Estambul -Galatasaray, Fenerbahce y Besiktas- se uniesen con el objetivo común de expresar su disconformidad con el gobierno de Recep Tayip Erdogan, presidente de Turquía desde 2003.

Todo arrancó en mayo de 2013 con una protesta de unos 50 ecologistas que intentaban impedir un proyecto urbanístico, el de construir un centro comercial en el parque Gezi, situado junto a la plaza Taksim de Estambul, la ciudad en la que el Barça se juega su futuro en la Europa League este jueves.

Los manifestantes fueron desalojados por la policía con cañones de agua y gases lacrimógenos: quemaron incluso las tiendas de campaña que habían instalado los ecologistas; una violencia que generó una ola de protestas que se extendió a otras ciudades de Turquía.

Las redes sociales ayudaron a ampliar las convocatorias para manifestarse no solo en contra de la brutalidad policial, sino también contra el gobierno de un Erdogan que ya había comenzado su proceso de censurar cualquier voz discordante con el discurso oficial.

La revuelta de la plaza Taksim, como acabaría siendo conocida, derivó en una serie de huelgas por todo el país y en más protestas, mientras Erdogan llamaba "terroristas" y "saqueadores" a los que se unían a las manifestaciones.

Galatasaray, Besiktas y Fenerbahce, frente común

En este contexto, los aficionados -incluso los más radicales- de Galatasaray, Fenerbahce y Besiktas aparcaron su vieja rivalidad para hacer frente común.

"El blanco y negro del Besiktas, el azul y amarillo del Fenerbahce y el rojo y naranja del Galatasaray se mezclaron en las calles de Estambul, marcando un antes y un después en la relación de estas tres aficiones", cuenta el periodista Jordi Brescó en el libro 'Rivalidades crónicas' (Panenka, 2020). 

"Para el gobierno, somos la misma mierda con colores distintos"

"Para el gobierno, somos la misma mierda con colores distintos. Pero gracias a lo sucedido en el parque Gezi, descubrimos que tenemos mucho más en común de lo que creíamos", explica en el libro Kerem Gürbüz, aficionado del ‘Galata’, miembro del grupo 'Ultraslan' y uno de los protagonistas del documental.

"Entendimos que ser aficionado de un equipo u otro no suponía ninguna diferencia en esas circunstancias; a pesar de que lo de juntaron en las protestas no fue algo organizado ni planeado", apostilla.

El simbolismo de Taksim

"La plaza Taksim es lugar de reunión y de celebración: allí se celebran los éxitos deportivos, pero también se realizan manifestaciones o se celebra el 1 de mayo", recuerda el abogado Can Atalay, uno de los líderes de las protestas de 2013.

"Ese día, las máquinas empezaron a talar árboles para llevar a cabo el proyecto urbanístico, lo curioso es que era un proyecto que no tenía nada que ver con el que había aprobado la alcaldía de la ciudad. La intención del partido del gobierno era clausurar la plaza Taksim como punto de encuentro del pueblo", apostilla.

"Fue algo inevitable"

Cahit Binici, miembro del grupo de animación 'Vamos bien', del Fenerbache, explica en 'Istanbul United' que unirse a la causa de Taksim "fue algo inevitable, una necesidad". "Ninguna otra causa o partido político hubiera sido capaz de reunir a gente tan diversa", resume el abogado Atalay.

Durante las protestas de 2013, las bufandas con los colores azul y amarillo (Fenerbahce), naranja y rojo (Galatasaray) y blanco y negro (Besiktas) se entremezclaron, unidas en una causa común. Fue una de las imágenes más llamativas de las protestas.

Ugur Vardan, periodista del diario 'Radikal', también comparte sus recuerdos sobre esos momentos. "Cuando vi que los aficionados de los tres equipos se unían a las protestas mi sensación fue de alegría: era como incorporar un ejército de caballería a la manifestación popular. Los aficionados más radicales de los tres grandes equipos de la ciudad fueron a la plaza Taksim sin ningún miedo a ser represaliados por la policía". 

Una rivalidad feroz

Fue una especie de tregua, un alto en el camino de una rivalidad feroz que pocos meses antes se había cobrado una víctima mortal. Vardan recuerda en el documental cómo un seguidor del Fenerbache de 17 años fue apuñalado por seguidores del Galatasaray después del último partido de la temporada 2012-13. "Nadie fue imputado y nadie pagó por ese asesinato", añade. 

"Por el Besiktas, moriríamos o mataríamos", defiende también en la cinta Ayhan Güner, del grupo de animación 'Carsi', del Besiktas.

"Durante muchos, muchos años, el Galatasaray, el Fenerbahce y el Besiktas no han dejado a las aficiones rivales entrar en sus estadios, pero siempre encontrábamos la manera de pelearnos en la calle", tal era el grado de intensidad de la rivalidad futbolística en la ciudad turca.

La venganza futbolística de Erdogan

La revuelta acabó con once muertos y más de 4.000 heridos. Sirvió para salvar el parque Gezi, pero también para que el presidente turco reforzase su posición y apostase más fuerte por su deriva autoritaria

En lo puramente futbolístico, Erdogan se tomó la revancha contra Galatasaray, Besiktas y Fenerbahce: invirtió una importante suma de dinero en otro club de Estambul, el Basaksehir, de escasa tradición deportiva (fundado en 1991) y vinculado al distrito de la ciudad del mismo nombre, de tradición conservadora e islamista, el mismo distrito que el propio Erdogan contribuyó a construir durante su etapa como alcalde de Estambul. 

El Basaksehir comparte colores con el AKP, el partido de Erdogan (naranja, azul y blanco), tiene estadio nuevo y puede presumir de fichajes relumbrón (Arda Turan, buen amigo de Erdogan, jugó en el equipo).

 

El Basaksehir ganó la Liga turca en 2020, aunque le sigue faltando masa social: en un estadio con capacidad para 17.000 espectadores, suelen ir al campo unas 2.000 personas.