Mucho se especuló en las horas previas al Madrid - Girona sobre la posibilidad de que Sergio Ramos forzase una tarjeta amarilla con la que hubiera completado ciclo de sanción y así poder llegar 'limpio' al clásico liguero del 2 de marzo después de haber cumplido castigo ante el Levante...
La expectación era grande, sobre todo por lo ocurrido en la Champions ante el Ajax, partido en que el que sí forzó descaradamente una amarilla para así no jugar la vuelta. El propio Ramos lo confirmó tras el partido y luego se desdijo a la vista de que la UEFA, que ha abierto una investigación sobre el asunto, podría doblarle sanción.
Sin embargo, no hay debate ya sobre esta cuestión. La primera amarilla recibida por Ramos ante el Girona fue justísima. Sus manos, que propiciaron el penalti que Stuani transformó en el empate, no fueron forzadas. Se podría discutir si fue una jugada merecedora de roja, pero tarjeta forzada, nada de nada.
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La otra amarilla, que acarreó sanción, tampoco. El madridista intentó un remate acrobático y golpeó a Alcalá. Otra tarjeta justa y a la calle... Total que, finalmente, Ramos no podrá jugar en Valencia ante el Levante por cumplir la sanción de la roja y llegará al clásico como al partido de este domingo, es decir, con cuatro tarjetas, sin haber completado el primer ciclo de amonestaciones. Si no hay otra causa -veáse lesión- nada le impedirá jugar el decisivo clásico del dos de marzo en la Liga.