Sin duda, a uno de los futbolistas a los que más le dolió el resultado de San Siro fue a Carles Puyol. El de La Pobla de Segur se empleó a fondo, sobre todo en la primera parte, para abortar alguno de los contraataques milanistas. Se multiplicó en defensa pero tuvo que ver cómo los de Allegri cosechaban un 2-0 que invita a soñar con una respuesta épica dentro de tres semanas.
El central vivió una segunda parte accidentada desde que chocó con Pazzini y vio cómo aparecía sangre en su cabeza. Tuvo que lucir un aparatoso vendaje que al final no le sirvió para aguntar los últimos minutos, dejando su puesto a Javier Mascherano. Dio toda una lección de pundonor que no tuvo premio, aunque su esfuerzo merece el aplauso de la afición barcelonista.