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Rúben Neves era uno de los objetivos del Barça en la planificación de la temporada 2022/23. El centrocampista portugués, de 25 años, era la opción prioritaria en la búsqueda de un relevo generacional para Sergio Busquets. La situación financiera y la imperiosa necesidad de reforzar otras posiciones, sin embargo, han modificado ligeramente los planes culés. El futbolista del Wolverhampton sigue interesando a la dirección deportiva blaugrana, pero su incorporación se acometerá el próximo verano.
El Barça sigue interesado en Neves y él ve con buenos ojos recalar en el Camp Nou. Las pretensiones económicas de su actual equipo, sin embargo, son inasumibles para los catalanes en una ventana de fichajes en la que priorizarán la llegada de Robert Lewandowski y el refuerzo de la línea defensiva. La operación del portugués, por consiguiente, ha sido pospuesta hasta 2023, cuando le quedará un único año de contrato y el precio del traspaso rondará los 40-45 millones de euros.
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Uno de los motivos que justifica esta decisión de los responsables deportivos del Barça es que el cuerpo técnico de Xavi Hernández considera que Sergio Busquets aún puede rendir al máximo nivel y continuar siendo uno de los miembros de la columna vertebral del equipo. El de Badia no necesita un relevo inmediato. Le iría bien tener más competencia, evidentemente, pero el club barcelonista atraviesa una situación en la que debe discernir muy bien sus prioridades.