Ahora que Ronald Koeman había encontrado su centro del campo ideal con Busquets, De Jong y Pedri, un triángulo que encaja perfectamente en el 4-3-3, el técnico holandés se ve con la necesidad de cambiar este domingo en la visita del Athletic de Bilbao al Camp Nou. 'Busi' vio la quinta cartulina amarilla en Elche y deberá cumplir un partido de sanción.
Si Ronald mantiene el sistema como está previsto, pues le está dando buenos resultados, dos son los candidatos a reemplazar a Sergio Busquets. Miralem Pjanic y Riqui Puig se disputan un puesto y esta afirmación ya es una primera batalla ganada por el de Matadepera, pues hace tan solo unas semanas no hubiera habido debate y todos darían por hecho la presencia del bosnio en el once titular.
Riqui está ganando enteros
Poco a poco, Riqui Puig se está haciendo un sitio en el 'corazoncito' de Koeman. El técnico ha pedido por activa y por pasiva su salida, entendiendo que, por su juventud, es mejor tener minutos en otro equipo, pero el canterano no concibe el fútbol sin el Barça y no ha cedido a presiones. Confía plenamente en sus posibilidades y no cesa en el empeño.
Su primer momento importante de la temporada fue la tanda de penaltis en las semifinales de la Supercopa ante la Real Sociedad. Hacía falta un quinto tirador, el de la definitiva pena máxima, y Riqui no lo dudó: "Mister, lo tiro yo". Dicho y hecho. Marcó y dio el pase a la final para los azulgranas. A Koeman le gustó su atrevimiento.
Después, llegó el partido del Elche, salió ya muy al final pero tuvo tiempo de marcar el gol de la sentencia, saltando como un muelle para rematar de cabeza el centro de Frenkie de Jong. El holandés volvió a tener palabras de elogio para el futbolista.
En la Copa del Rey, en Vallecas, Koeman dio descanso a Pedri y puso a Riqui Puig de titular. Empezó con mucha fuerza, un chut suyo lo desvió un defensa rayista y se fue a la madera, pero su ímpetu por demostrar tanto en poco tiempo le hizo perder balones, y eso a Koeman no le agrada. Fue de más a menos y acabó sustituido con el marcador en contra. El Barça reaccionó y le dio la vuelta al marcador.
Pjanic, cada vez más residual
Miralem Pjanic llegó al Barça para convertirse en un futbolista importante dada su trayectoria. Debía ser el sustituto natural de Busquets, pero su aportación ha ido decreciendo de una forma alarmante. Koeman lo puso al principio sobre todo en la Champions League, pero con el cambio del doble pivote al triángulo de tres en la medular ha perdido mucho protagonismo.
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A pesar de las quejas del jugador, que entiende debe jugar más, lo cierto es que cuando lo ha hecho tampoco ha sido diferencial. Jugó los 120 minutos de Cornellà, pero se quedó en el banquillo después en Elche y en Vallecas. Sorprendió que no tuviera ni un solo minuto en el último partido copero, cuando ya se sabía que Busquets no estará ante el Athletic, y solo hay una doble interpretación posible: o bien Koeman lo reservó para tenerlo fresco o bien el holandés ya se ha cansado que no le aporte el plus que necesita el equipo. El domingo, la respuesta.