Pedri González apenas ha tenido respiro desde que llegó a Barcelona. Una irrupción meteórica y la confianza de su entrenador desde el primer momento. El tinerfeño lo había jugado todo hasta la cita de Budapest, de Champions pero la más intrascendente en lo que llevamos de temporada, con el Barça ya clasificado para los octavos de final de antemano y a sabiendas que el primer puesto se lo tendrá que jugar en la última jornada frente a la Juventus en el Camp Nou.
Repartidos en 13 partidos, nueve de LaLiga y cuatro de Champions, Pedri suma como azulgrana 719 minutos. Marcó ante el Ferencvaros en el Camp Nou y también en casa frente al Betis. Mucho o poco, había participado en todos los partidos. El que menos, 14 minutos en Balaídos, y los que más, cuando completó los 90' en Turín frente a la Juve y en el mencionado partido contra los verdiblancos.
El tinerfeño entró en la lista de convocados y viajó a Budapest, no así futbolistas como Ter Stegen, Messi o Coutinho, que se quedaron en Barcelona. Pero aunque formó parte de la expedición, vio el partido desde el espacio de la grada reservado a los futbolistas, ahora que los partidos son a puerta cerrada por la pandemia del coronavirus.
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Koeman agotó los cinco cambios, pero Pedri no entró. Se quedó sin jugar, igual que los dos porteros suplentes, Iñaki Peña y Arnau Tenas, y el centrocampìsta brasileño Matheus Fernandes. Su situación es muy distinta. El canario cuenta, y mucho, para Ronald Koeman, que de esta manera le dio un merecido descanso y a buen seguro que será de la partida o tendrá minutos en Cádiz, el próximo compromiso de los azulgranas.