Pocos entrenadores con filosofía Barça pueden sustituir a Koeman ahora, y todavía menos aceptarían ser entrenador puente.
Si Laporta no consigue que Roberto Martínez se desvincule y los resultados van a peor, Òscar García, íntimo amigo de Jordi Cruyff, es el mejor posicionado para ejercer ese rol, pero su salida no sería sencilla.