La combinación de unas botas con poco agarre -sobre todo para un jugador de arranque explosivo como Neymar- y de un césped húmedo provocó que la primera media hora de juego el delantero del Barça se la pasara cayéndose una y otra vez.
Hasta en tres ocasiones claras de ataque resbaló el brasileño -con el peligro que eso conllevaba para sus tobillos- lo que provocó que a los 33 minutos decidiera cambiar de calzado.
NOTICIAS RELACIONADAS
Tras el cambio, Neymar no resbaló más, aunque no pudo evitar la derrota del Barça en San Mamés.