En los primeros días de agosto y con Neymar en China concentrado con el PSG, se produjo una reunión entre el futbolista y los responsables del club parisino. El brasileño ya les había dejado claro que se quería ir y, en ese encuentro, ratificó sus pensamientos y pidió no jugar más con el PSG. De ese encuentro, el club francés sacó la conclusión de que la situación era totalmente irreversible y se hablaron de posibles opciones para encontrar una buena salida. Y, ahí, Neymar arrancó del PSG la opción de un préstamo con opción de compra no obligada.
El optimismo del jugador era total y, en esos días, se veía ya en el Barça. Ney se lo comunicó a varios excompañeros, pero el PSG, finalmente, se echó a atrás. Los propietarios del club no veían nada clara esta operación y decidieron pedir dinero por un traspaso. descartando la posibilidad de una cesión.
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Neymar y su entorno comenzaron también a explorar la posibilidad de un Real Madrid, que les llamaba de forma incesante y que tenía la disponibilidad de pagar una cantidad de dinero fuerte en concepto de traspaso. Ahora, la cesión vuelve a estar encima de la mesa y la postura del jugador será clave para poder cerrarla.