El barcelonismo se ha quedado sin respiración. La charla entre Koeman y Messi revelada por ‘RAC1’ fue la segunda entrega informativa del momento personal por el que atraviesa el capitán. Antes incluso de la llegada de Ronald, la ‘Cadena Ser’ ya había explicado las dudas que asaltan al argentino sobre su continuidad en el Camp Nou. Nada que el ‘10’ no hubiera verbalizado meses atrás con declaraciones variadas en las que daba pistas sobre la incertidumbre con la que vive su futuro como blaugrana.
DECISIÓN MUY MADURADA
Se hace difícil pensar que la historia más bella jamás escrita alrededor de un futbolista y un equipo de fútbol pueda acabar en la tragedia que supuso el 2-8 de Lisboa. Shakespeare estaría orgulloso del barcelonismo;una posición muy alejada tendrían quienes guionizan en Hollywood edulcoradas comedias románticas. Pero así es la vida y, aunque se hace difícil imaginar un Barça sin Leo Messi, la realidad es un brazo de acero que golpea sin mirar atrás. El barcelonismo se ha quedado sin respiración porque hay culés que no han visto otra cosa en su vida que al Barça del ‘10’. Pase lo que pase, la historia viene de lejos y el argentino hace mucho tiempo que lleva meditando qué próximo paso dar en su carrera deportiva. Si debe salir, sabe que ha llegado el momento.
TRES FECHAS CLAVE
El futbolista se ha tomado un tiempo de reflexión y la respuesta debe esperar, aunque existen tres fechas clave a tener en cuenta. La primera, el 30 de agosto, el día que el equipo volverá al trabajo;la segunda, el 1 de septiembre, fecha en la que se cierra el periodo de fichajes estival en Inglaterra, por lo que se hace difícil pensar que una operación así pueda ejecutarse en tan poco tiempo; la tercera, el 5 de octubre, cuando ocurrirá lo mismo en Italia, que comparte fecha el respecto con España. Aquí sí habría semanas de sobras para preparar la llegada de Leo Messi al Inter, el club que más interés está poniendo en ello.
MUCHAS DIFICULTADES
El barcelonismo espera conocer pronto hacia donde dirige su pulgar el ‘10’, pero es muy probable que, incluso habiendo tomado la decisión, el propio futbolista no la diera a conocer hasta que no hubiera marcha atrás. Es decir, cuando todo estuviera atado. Leo Messi tiene derecho a decidir, como cualquier persona, su futuro, pero es consciente de que, llegado el momento, su salida no sería algo sencillo.
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Le queda un año más de contrato y su cláusula de rescisión es de 700 millones de euros. No es una cifra sencilla de asumir, aunque también es cierto que en enero podría negociar con libertad y eso lo cambiaría todo. Por otro lado, tiene 33 años y, pese al retorno económico evidente que supone su fichaje, la amortización debería ser más corta. Su ficha, alrededor de los 50 millones de euros netos, es también un factor importante. Y, pese a todo, todos suspiran por él.