El 22 de febrero de 2006 Leo Messi se consagró en Stamford Bridge con las condiciones más adversas. Con apenas 18 años 'La Pulga' sobresalió en un partido que se disputó en las trincheras. En un barnizal orquestrado por Mourinho, que entendió que las posibilidades del Chelsea pasaban por un terreno de juego embarrado y un ambiente belicista.
El portugués conocía las bondades de Messi así que encomendó a Del Horno la misión de apagar al argentino desde la intimidación. A lo que Leo respondió con un coraje envidiable. Una y otra vez golpeó el lateral. Y una y otra vez quedó retratado el ahora defensa del Levante.
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Al final Del Horno, encendido por el baile de Leo, se autoexpulsó con una acción destemplada que puso los pelos de punta de el banquillo azulgrana. Ronaldinho y Márquez dieron la victoria al Barcelona (1-2) pero todo el mundo reparó en la aparición de un tipo argentino, tan menudo como valiente. “Sabíamos que iba a ser muy duro y lo ha sido en la primera parte. Nos ha ido bien cuando hemos jugado raso. El 1-2 es importante y la forma en que hemos ganado nos da mucha fuerza”, dijo Messi tras el encuentro. Mourinho prefirió centrarse en la jugada de la expulsión y lo hizo muy a su manera. “Catalunya es un país de cultura y sabéis perfectamente lo que es el teatro. El teatro de calidad. Catalunya es un país con una cultura fantástica”, dijo socarrón. Messi contestó, dolido por las acusaciones: “Del Horno fue muy fuerte y con mala intención, pero salté y por eso no me dio”. Hoy Del Horno podría ocupar el centro de la defensa y enfrente estará de nuevo Messi, el tipo más intimidante con el balón para las defensas. Hace tres años se vieron de nuevo las caras en un Barcelona-Valencia (4-0). Hoy habrá batalla de nuevo.