La piña de los jugadores del Barça celebrando el gol de Sergio Busquets se vio interrumpida por el lanzamiento de una botella de agua desde la grada por parte de un energúmeno. El objeto le impactó a Leo Messi en la cabeza, lo que le provocó una herida que posteriormente tuvo que ser limpiada.
El colmo de la jugada fue la reacción posterior del colegiado Fernández Borbalán, que le enseñó la amarilla al azulgrana después de que este le protestara que había recibido un botellazo desde la grada. Surrealista manera de finalizar un mal arbitraje.