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Leo Messi oyó cómo Infantino pronunciaba su nombre como ganador del The Best. El argentino superó a los también finalistas Van Dijk y Cristiano Ronaldo, que no acudió a Milán para ahorrarse el mal trago de ver cómo el blaugrana ganaba. El '10' del Barça centró su discurso en La Scala en su familia, que le acompañó en el desplazamiento.
"Muchas gracias, buenas noches", arrancó. Continuó agradeciendo "a todos los que decidieron que este reconomicimento sea para mí". Añadió palabras que ha repetido siempre en este tipo de actos: "La verdad que siempre digo que, a pesar de lo lindo que son estos reconocimientos para mí, los premios individuales son una cosa secundaria. Primero está lo colectivo".
La diferencia es que esta vez fue diferente: "Es verdad que hoy es una noche especial porque tengo la suerte de tener sentado a mi mujer y a dos de mis tres hijos. Digo sobre todo porque es la primera vez que están acá. Si bien Thiago ya estuvo en una de estas galas, era muy chiquito y no recuerda nada. Hoy verlo ahí y disfrtuar de este momento con ellos es algo único".
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Y no dudó en explicar cómo estaban viviendo sus hijos la gala: "No tiene precio. Son dos enamorados del fútbol y están enloquecidos viendo a todos los jugadores que tienen alrededor. Lo viven con vergüenza, no saben si saludar o pedir fotos, tímidos y felices a la vez. Es extraordinario poder compartirlo con ellos". Y se acordó de Ciro, el tercero: "Se quedó en casa porque con tres ya era muy complicado venir y le tocó quedarse en casa. Muchísimas gracias a todos nuevamente y buenas noches", acabó.