Messi, a por los 700 goles

La capacidad de Leo Messi para mantenerse al máximo nivel y marcar las diferencias temporada tras temporada es admirable, asombrosa y lo que le convierte en el mejor futbolista de todos los tiempos.  El crack azulgrana resalta en muchísimos aspectos del juego pero, sin duda, el gol es su sello personal. Y está a solo uno del 700 en su carrera profesional. Alcanzará esta noche una nueva cifra redonda y estratosférica si marca en el Sánchez Pizjuán.

Han pasado más de 15 años desde aquel ya legendario 1 de mayo de 2005, cuando un jovencísimo Leo estrenó su cuenta goleadora con el Barça en un partido de Liga contra el Albacete. Sustituyó a Eto’o en el minuto 87 y le dio tiempo para, en el 91’, recoger una asistencia de Ronaldinho y levantar el balón a Valbuena en su desesperada salida.

Messi es un ‘One Club Man’ y el Barça tiene la gran suerte de concentrar la gran mayoría de sus goles: 629 en 720 partidos, es decir, promedia 0,87 tantos por encuentro. El resto, 70, los ha marcado con la selección de Argentina, en este caso en 138 partidos (0,68 goles por encuentro).  La media total, sumando el equipo azulgrana y la albiceleste, se sitúa en 0,81, el resultado de dividir sus 699 ‘dianas’ entre 858 partidos.

Números irrepetibles

Desde la temporada 2006-2007, Messi siempre ha superado la veintena de goles, llegando a cifras  inimaginables la campaña 2011-2012, la más prolífica en la carrera de ‘D10s’. Ni más ni menos que 73 goles con el Barça y nueve con Argentina para sumar 82. Por años naturales, ese 2012 es inolvidable para Leo, que celebró, de enero a diciembre, 91 goles de los que 79 fueron con el Barça. El entrenador que más goles ha saboreado de Messi desde el banquillo ha sido Pep Guardiola, 211 en 219 encuentros. Pero fue con Tito Vilanova con quien alcanzó un mejor promedio, superior al  gol por partido. Marcó 60 en 50 encuentros con el añorado técnico (1,2 de media).

Son números que dejan boquiabierto.  126 dobletes, 41 hat-trick, seis póker y una ‘manita’ de goles... al Bayer Leverkusen en marzo de 2012. Nada frena el idilio de Messi con el gol, tampoco la pandemia. Ha vuelto como se fue. Marcó en Mallorca y al Leganés en casa. Sevilla es, esta noche, su próxima estación.