El diario El Mundo reveló las presiones que sufrió la anterior directiva del Barça el día 1-O de 2017. Según el periódico, Bartomeu recibió muchas presiones para que no se jugara el partido, pero al final optó por la solución intermedia, y poco popular, de jugar a puerta cerrada.
A medida que pasó el tiempo, se reveló como la mejor de las opciones: ni dejar de jugar ni hacer ver que no había pasado nada. Fue sin duda una buena decisión, tomada sin hacer caso a las presiones. Lo que es seguro es que no se le reconocerá.