Tierra trágame. Una expresión que siempre me ha llamado la atención. ¿Cuántas veces hemos querido que nos engullera el suelo en situaciones embarazosas? Cuando hemos hecho algo horrorosamente mal, hemos metido la pata hasta el fondo, cuando hemos experimentado aquellas situaciones de vergüenza máxima.
Eso debió pasar ayer por la cabeza de la mayoría de jugadores del Barça. Decimos la mayoría porque para algunos directamente tampoco es algo que les vaya a quitar el sueño. Pero hay muchos otros que sí iban siendo conscientes de que sus nombres figurarán en una de las derrotas más humillantes y bochornosas (la que más de la era moderna, sin duda) de la historia de una de las entidades más grandes y singulares del mundo. Ya no solo del fútbol. Del planeta. Un 2-8 que duele tanto a la vista como en el resto de sentidos.
NÚMEROS
Mal nos pese, cuando acontecen estas cosas, cuando se producen semejantes resultados, hay que tirar de hemeroteca. Y ayer ‘Mr. Chip’ nos dejó una retahila de cifras a cada cual más sonrojante para el Barça y que no hacía sino aumentar la sensación de que acabábamos de vivir algo histórico, algo que probablemente se tardará mucho en volver a presenciar (esperamos, vaya). El 2-8, para empezar, es la cuarta derrota más abultada de la historia del Barça en todas las competiciones. Si hablamos de Europa, jamás el club azulgrana había recibido un correctivo así. Nunca.
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La cifra más alta de goles que había recibido el cuadro barcelonista en Europa eran los seis tantos que encajó en 1962 en la Copa de Ferias ante el Valencia. Como decíamos, solo en tres ocasiones encajó resultados más amplios (12-1 vs. Athletic en La Liga en 1931, 11-1 vs. Sevilla en La Liga de 1940 y 11-1 vs. Real Madrid en la Copa de 1943. Ojo con los años. Nos estamos remontando a 80 y 90 años atrás. Probablemente ni con todo este baile de cifras, de números, de fechas, acabaremos de ser conscientes de lo humillante que fue lo que se vivió ayer en Da Luz, donde lo único que vio el Barça fue oscuridad.