Javier Mascherano valora su papel en el FC Barcelona, club en el que juega desde 2010 y no siempre en su posición natural. “Si no hubiese empezado a jugar de central, seguramente ya no estaría en el Barça”, asume el argentino, conocedor de la calidad de su competidor en el centro del campo, Busquets. “Ya lo sabía: ser pivote en este equipo era casi imposible”, declaró en una extensa entrevista concedida a la revista Panenka. Aunque últimamente han jugado juntos, Mascherano reconoce que, con él y Sergio en el medio, el equipo “se resiente un poco en la fluidez del juego y quizá no llega con tanta gente delante”.
Mascherano reflexiona también sobre su forma de entender este deporte. “No le encuentro sentido a lo que muchos dicen de que ‘salgo a la cancha a disfrutar”, explica. Y agrega: “No, yo sufro el fútbol, no lo disfruto. No soy de aquellos que se divierten los 90 minutos”.
Cuestionado sobre su paso por la Premier y más concretamente por el Liverpool de Rafa Benítez, Mascherano se rinde al actual preparador del Real Madrid: “Él fue un milagro cuando creía que no podría adaptarme al fútbol inglés. Rafa me sacó de un pozo ciego a 20 metros bajo tierra y me llevó a lo más alto”. Mascherano, que cataloga a Benítez como técnico “muy docente”, asegura que él y el técnico siguen hablando a menudo, pero ahora “es contraproducente desearle que le vayan bien las cosas”.
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En clave internacional, las finales del Mundial y de la Copa América perdidas en el último año hacen reflexionar al azulgrana de la siguiente manera: “Los últimos dos campeones del mundo han contado con seis o siete jugadores de un mismo equipo. Argentina no tiene esa posibilidad, por eso es más difícil”.