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¿Qué fue de Marcos Alonso? De Pichón a Puma

El padre del actual jugador del Chelsea fue entrenador y comentarista de radio y ahora trabaja como jefe de marketing de Puma en España, Italia y Portugal

Jugador del Barça entre 1982 y 1987, le llamaban el Pichón por una curiosa anécdota en el restaurante Can Fusté

El gol más recordado de Alonso, en la final de Copa de 1983 ante el Madrid / | sport

Ningún vuelo como el de aquella noche del 4 de junio de 1983, la final de Copa ante el Madrid, cuando el ‘Pichón’ flotó en el aire para cabecear a la red del Real Madrid un centro de Julio Alberto desde la banda izquierda. Fue uno de esos momentos fugaces pero inolvidables: ni siquiera el paso del tiempo (35 años ya) diluyen su intensidad aunque su protagonista lo intente.

La verdad es que no sé si mucha gente lo recuerda, y tampoco sabría decir si fue mi mejor momento en el Barça”, rememora ahora Marcos Alonso Peña, hijo y padre de futbolistas, blaugrana entre 1982 y 1987, cuando se le invita a refrescar su gol en la final de Copa de 1983 ante el Real Madrid.

Lo hace de manera serena, fiel a su fama de tipo discreto y serio, en medio de su jornada laboral, en pleno viaje: viajar forma parte de su trabajo como director de marketing deportivo de la firma alemana ‘Puma’ en España, Italia y Portugal.

“Como jugador siempre llevé botas de ‘Puma’: ahora llevo siete años trabajando para la marca y estoy contento, hemos crecido mucho”, confiesa. Dirige a un equipo de trabajo de seis personas y negocia con jugadores y equipos en nombre de la empresa de ropa deportiva alemana.

Durante unos meses compaginó su trabajo en ‘Puma’ con la labor de comentarista radiofónico, pero al final tuvo que elegir. “No era cuestión de opinar en la radio sobre jugadores con los que trabajamos en patrocinios”, explica.

Pero antes de la radio y del marketing estuvieron los banquillos, la primera ocupación de Marcos cuando colgó las botas. Hizo las prácticas de entrenador en el colegio san Agustín de Madrid y cuando dirigía al juvenil del Atlético, le llegó la oportunidad del primer equipo. “Habían echado a Maturana y fui segundo de Jorge D’Alessandro”, apunta.

el técnico más joven de primera

Con apenas 36 años ya entrenaba en Primera, al Rayo Vallecano. Volvió a su tierra, Santander, para dirigir al Racing, subió al Sevilla a Primera y estuvo cerca de repetir ascenso con el Atlético de Madrid, en la temporada 2000-01.  “Tengo la sensación de que si me hubieran dejado acabar la temporada, habríamos subido”, lamenta.

Luego pasó por Zaragoza, Valladolid, Málaga y Granada 74 antes de abandonar el mundo de los banquillos al mismo tiempo que su hijo Marcos continuaba la saga familiar: de Marquitos (mito del Madrid de los años cincuenta, padre de Marcos) a Marcos Alonso Mendoza, jugador del Chelsea y rival del Barça en la Champions.

Cuando su hijo dejó la cantera del Madrid para irse al Bolton, toda la familia se movió con él a Inglaterra. Y después, a Italia, cuando firmó por la Fiorentina.

Marcos sigue escapándose muchos fines de semana a Londres para ver a su hijo y no faltará a la cita de Champions en el Camp Nou. “El Barça es favorito”, proclama.

Volver a Barcelona le permitirá reencontrarse con algunos de sus compañeros (Tente Sánchez, Víctor Muñoz, Roberto, Julio Alberto y Migueli, entre otros) y recordar la figura de Quini, llorado por todo el fútbol español. “Jugué con él y es una de las mejores personas que conocí en el fútbol: como futbolista, ahí está todo lo que hizo, y como persona era especial, muy generoso. Por eso era tan querido por todo el mundo, incluso por las aficiones rivales”.

El origen del 'Pichón'

No fue Quini, sin embargo, quien le puso el sobrenombre de Pichón, sino otro asturiano, también de nombre Enrique, y por persona interpuesta. “En Barcelona solíamos ir a comer con Enrique Morán a Can Fusté. Al acabar de comer nos jugábamos la comida a las cartas; solía ganar yo y los camareros le tomaban el pelo a él llamándolo pichón, pero curiosamente, fui yo el que se quedó con el mote, pero nunca me molestó”, explica Marcos.

Puesto a recordar su etapa blaugrana, confiesa que sigue guardando un cariño especial por Menotti (“el mejor entrenador que tuve nunca”) y no tanto por Venables (“no daba confianza a los jugadores”).

 

Sigue siendo socio de la Agrupació Barça Jugadors (“no participo mucho en los actos por cuestiones de agenda, pero soy socio desde el día que dejé el Barça como jugador”) y no falla en sus visitas a Santander, donde nació cuando su padre ya era jugador del Madrid.