La mano abierta del fallecido Toni Bruins Slot el 8 de enero de 1994 es uno de los gestos más icónicos de la historia del Barça contemporánea. El equipo de Johan Cruyff había derrotado por 5-0 al Real Madrid en el Camp Nou. Un resultado que no se daba desde hacía 20 años, en 1974, cuando el conjunto del Cruyff futbolista venció por 0-5 en el Bernabéu. El ‘Dream Team’ firmó una de sus mejores obras de arte con un Romario colosal autor de un ‘hat-trick’.
El destino, sin embargo, fue cruel con el barcelonismo. Solo una temporada después llegó la venganza blanca. Con Jorge Valdano en el banquillo, el Madrid firmó un 5-0, con ‘hat-trick’ de Zamorano y uno de los tantos del posteriormente capitán blaugrana Luis Enrique.
Fueron dos clásicos que dieron mucho que hablar. Uno para confirmar el momento álgido del ‘Dream Team’ y otro para empezar a marcar un cambio de ciclo. La remodelación de Cruyff a partir de la final de Atenas del 94 no funcionó y Carlos Busquets fue goleado.
Pep rompe el impase
Una goleada por cinco goles no es habitual en un partido de la máximo. La lógica llevó a que no se repitiera un 5-0 hasta 15 años más tarde del último. Y cayó del lado del Barça. Un 29 de noviembre del 2010, el conjunto de Pep Guardiola dio un recital y pasó por encima del de Mourinho.
Romario fue un autor de un 'hat-trick' ante el Madrid
| SportLa mano de Bruins Slot nunca se olvidará y Gerard Piqué fue quien se encargó de recordarla mostrándola después del tanto final de Jeffren Suárez. Un triunfo emblemático de un Barça que hizo historia. En esta época, también se registró un antológico 2-6 en el feudo madridista con Piqué cerrando la goleada. El conjunto blaugrana marcó una hegemonía en el fútbol español y europeo de la mano de Guardiola.
Superado este ciclo, el ‘5’ en el videomarcador del Camp Nou volvió a aparecer el 28 de octubre del 2018. El protagonista fue Luis Suárez con un ‘hat-trick’ con Ernesto Valverde en el banquillo. Una goleada que se forjó en la recta final, con transiciones rápidas, que desbordaron por completo al conjunto de Julen Lopetegui.El técnico vasco había llegado en verano al Real Madrid envuelto por la polémica ya que fue cesado de la selección española pocos días antes de iniciarse el Mundial de Rusia al trascender su fichaje. El presidente de la Federación, Luis Rubiales, no tuvo más remedio que prescindir del técnico ante el alboroto generado.
Lopetegui fue cesado tras ser vapuleado por el Barça
| EFELopetegui firmó por tres temporadas y no se comió ni los turrones. La derrota por 5-1 provocó que Florentino Pérez lo cesara de forma fulminante. Santiago Solari fue su sucesor en una campaña nefasta para los intereses blancos. Zidane volvió en la recta final para iniciar su segunda etapa en el banquillo y enderezó la situación.
Solo en los clásicos, el Madrid no ha perdido más en el Spotify Camp Nou desde el 5-1. El balance desde entonces es de dos empates y dos derrotas en cuatro partidos.
Más habitual antiguamente
Las victorias conseguidas por cinco goles se producían con más frecuencia antiguamente. Entre 1926 y 1974 se disputaron once clásicos con manitas. La igualada fue máxima. Cada equipo ganó cinco partidos con los cinco tantos, mientras que se registró un curioso empate (5-5) en 1943.
El primero clásico con cinco dianas fue en un partido de Copa en 1926 (1-5) cuando el cuadro blaugrana logró el mítico registro. El FC Barcelona repitió en Liga en 1935 (5-0, con cuatro goles de Ventolrà), en 1945 (5-0), en 1954 (5-1) y en 1974 (0-5).
Cruyff jugador
Ese partido de 1974 es uno de los más recordados de la historia con la presencia de Johan Cruyff como jugador. Asensi marcó un doblete, el holandés anotó otra diana y la goleada fue redondeada por Juan Carlos y Sotil.En el lado madridista, sus victorias por cinco goles llegaron en 1930 (5-1), 1951 (5-1), 1953 (5-0), 1960 (3-5) y 1963 (1-5). Eran otros tiempos en los que, en general, se marcaban más goles con planteamientos más ofensivos que los actuales.
En cualquier caso, endosar una ‘manita’ al eterno rival es un hito realmente difícil de conseguir y, por ello, cuando ha llegado, ha quedado muy marcado. Tanto culers como madridistas no olvidan las goleadas encajadas o endosadas en este tipo de partidos.
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Las consecuencias, además, suelen ser importantes. Puede saltar incluso un entrenador, como pasó con Julen Lopetegui, o tener que soportar la presión mediática de uno de los lados durante muchos días antes de dirigir el peor de los resultados posibles.